Tiene las mismas características que el coaching (proceso de cambio para conseguir objetivos de una manera más rápida y eficiente), pero con la diferencia de que los objetivos son de salud. El coaching salud se aplica a personas sanas y a profesionales de la salud para que adopten estilos de vida más saludables y se cuiden más. Y a pacientes con enfermedades crónicas (algunas de ellas no se curan) para que cambien su actitud y consigan que su enfermedad interfiera lo mínimo en su vida personal. Los familiares de los pacientes también pueden beneficiarse de esta metodología.
El coach (profesional que aplica el coaching) facilita que el cliente o paciente se plantee qué áreas de su salud desea mejorar: factores de riesgo, controles, tratamientos... y lo acompaña para que consiga el cambio deseado. Tanto los profesionales de la salud como los pacientes ya saben lo que es mejor para ellos, solo necesitan que se les facilite la manera de conseguirlo.
En general los objetivos de mejora se dividen en dos tipos: evitar algún hábito que no conviene, como comer dulces o fumar, y los de implementar alguna actividad saludable, como practicar ejercicio físico, relajación... En el coaching para pacientes, los objetivos suelen tener relación con alguna disfunción que obliga a realizar un cambio para prevenir o tratar una enfermedad. En todos los casos la motivación es básica para conseguirlo.
Algunos ejemplos de objetivos de autocuidado de los profesionales de la salud:
Algunos ejemplos de objetivos de mejora de la salud de los pacientes:
Duración de las sesiones individuales y del proceso de coaching: